José Javier Bataller Gómez

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Me resulta difícil hablar de mí mismo, no por falta de ganas (¡¡créanlo!!), sino más bien porque no sé cómo hacerlo. Aparte del Me llamo José Javier Bataller y resido en Valencia… poca cosa más se me ocurre. En circunstancias como ésta (cuando alguien me pide que hable de mí mismo) envidio mucho (muchísimo) al buen doctor Asimov. Él sí que sabía cómo hacerlo. De hecho, conozco que gente que opina (yo también) que lo mejor de sus recopilaciones de cuentos son las notas autobiográficas que los acompañan. Además siempre solía incluir la génesis de la historia, es decir, la descripción del proceso que empieza con una chispa en la cabeza de uno y termina con miles (a veces solo cientos) de palabras en el papel.

Yo ni siquiera puedo hacer eso, pues si contase cómo se me ocurrió la idea de La galaxia viviente superaría en extensión la propia historia y además destriparía el final. Hablando de Asimov, no puedo dejar de comentar que sí hay una cosa en la que él y yo coincidíamos: el amor por las matemáticas (como podrán constatar todos aquellos que hayan leído sus ensayos científicos). Llegó a afirmar en una ocasión que ojalá las matemáticas le quisieran tanto como él a ellas. En mi caso creo que el amor es recíproco, al menos me suministran el alimento a final de mes, pues no en vano las enseño en un instituto de educación secundaria. A Isaac Asimov siempre se le ha tachado de egocéntrico (él mismo lo reconoce); yo también tengo un puntito de eso, quizás lo cultive un poco más cuando consiga escribir una novela de quinientas páginas (con doscientas ya me conformo), ya que lo más largo que tengo publicado no supera las doce. Pero ya se sabe, es más importante la calidad que la cantidad (el que no se consuela es porque no quiere). Así que al final poniendo de excusa al buen doctor he contado cosas sobre mí.

Finalmente agradecer a todos aquellos que dedican su tiempo a editar género fantástico (ya sea en papel o en soporte electrónico) la oportunidad que dan a los escritores (que nadie se ofenda por considerarme uno de ellos) que empezamos.

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